Las consecuencias de una infidelidad

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En la física, la tercera Ley de Newton, dice que: a toda acción corresponde una reacción, de igual magnitud, pero en sentido opuesto. La aplicación de esta influencia en la Psicología, se transformó en: a todo estímulo, corresponde una respuesta, bajo la óptica del conductismo.

Las reacciones ante una infidelidad son singulares y no pueden ser las mismas en todas las personas, porque en ellas intervienen: las personalidades de los involucrados, el contexto en el que se presentó y las experiencias de vida que ambos miembros cargan.

De tal suerte que un intento de infidelidad, para una pareja podría ser el fin de la relación, mientras tanto, para otra, podría significar el conflicto cotidiano, pero eterno en la relación, hasta que la muerte los separe.

Las consecuencias van desde pequeñas diferencias y conflictos, hasta grandes tragedias, tales como el: Abandono de la pareja, la depresión, la Pérdida de la confianza, la Fractura de la identidad, el Sentir vergüenza por quedarse, Baja autoestima, convertirse en Experiencia traumática, Lesión de apego, Trauma por traición, Trastorno de estrés post infidelidad, Gratificación bloqueada: Asco, Romper la ilusión del amor y más.

Un elemento que se analiza por aparte es el concepto de tristeza en grados y categorías, que engloban el concepto de aflicción:

  • Con Dolor: Leve, moderado y extremo.
  • Con Frustración: Abatimiento, sentirse afectado, aflicción, amargura, consternado, desgraciado, fracasado, frustrado, infeliz, ofendido, quebrantado, roto, con sufrimiento.
  • En Aislamiento: Aislado, desamparado, desinteresado, apenado, solo y triste.
  • Con Amenaza de desapego: Abandono, añoranza, desafortunado, desesperanzado, desilusionado, humillado y lastimado.
  • Con Estrés: Baqueteado, congoja, insatisfecho, quemado,
  • Con Incertidumbre: Decepcionado, defraudado, desdichado, desmoralizado, melancólico, con nostalgia negativa, desmotivado, rendido, vacío y vencido.

Como puede observarse pasar por una infidelidad desarticula a cualquiera, pero más cuando la conducta no se espera, y los amantes suponen que las cosas están bien. Esto es, ambos, orientados a la exclusividad sexual, afectiva-emocional y sobre todo al compromiso.

Factor Social cualitativo de la etiología de la infidelidad

Los sociólogos identifican a la familia como una institución social que agrupa a los individuos. Las unidades sociales generalmente se basan en el parentesco, aunque hoy no necesariamente sucede así.

El concepto de familia ha venido cambiando, pero generalmente se le asocia con vínculos de sangre, el matrimonio, la unión libre o simplemente por personas que pueden vivir o no juntas.

“En todo el mundo las familias se forman por un matrimonio, una relación sancionada legalmente, que incluye la cooperación económica, la actividad sexual y el cuidado de los niños, y que la mayoría de la gente, espera que sea duradera”. (Macionis & Plummer, 2011, p. 539).

Elegir una pareja tiene ciertos aspectos que se parecen y dejar una relación también los tiene. Siempre encontraremos razones para estar y lo mismo para irnos de ella. Incluso, aquello que nos unió, puede gatillar también la decisión para separarnos. En la singularidad, pueden ser también razones completamente diferentes las que nos unieron y las que nos separan.

Las parejas cuando forman una familia, se espera que cubran ciertas funciones, tales como:

  • la socialización, que se traduce en el aprendizaje de las normas para vivir en sociedad. Los padres aprenden de los hijos, y los hijos aprenden de los padres en lo bueno y en lo malo. Como valor social, pueden aprender: de la fidelidad o de la infidelidad.
  • A través de la familia se regula la actividad sexual, lo que está permitido o no, a fin de que se mantenga la organización. En general, la actividad que está hoy día muy mal vista, es el incesto.
  • En las familias, no necesariamente el fin es la reproducción biológica, pero en la estructura se mantiene una cierta jerarquía: padres e hijos.
  • Y, la familia, debería brindar una cierta seguridad material y emocional.

Aun cuando se le considera a la familia como la columna vertebral de la sociedad, las relaciones positivas que se dan al interior, mantienen la estabilidad de la misma, pera existen conductas negativas que pueden ser propiciadas por un acto de infidelidad, tales como: la Transgresión al pacto de fidelidad, Rompimiento del compromiso, el Riesgo de perderlo todo por una aventura o la Deshumanización de la pareja.

El cambio de paradigma en la familia

En la primera mitad del siglo anterior, no era atípico conocer personas que terminaban separándose de su pareja. Los roles de ambos miembros estaban muy establecidos: el hombre trabajaba y traía el sustento a la casa y la mujer estaba dedicada al cuidado de los hijos. Y, en las pocas separaciones que se presentaban en las actas de divorcio, la razón manifestada era la incompatibilidad de caracteres.

Actualmente vivimos otra realidad diferente:

  • Para el sociólogo Anthony Guiddens, en la actualidad vivimos un amor que rompe con el amor romántico. Se conoce con el nombre de amor confluente, y este es más democrático. “La pareja confluente cree en la igualdad, en la satisfacción emocional y también sexual. No conciben mitos como el amor eterno o la necesidad de sacrificarse por el otro. Se enfocan más bien en el afecto cotidiano, en la cooperación y la reciprocidad”. (Sabater, 2021). Se trata de una relación en donde se ofrece una relación saludable: activa, afectiva, pactada y reflexiva. Es un vínculo, sin miedo a la soledad, de dos personas que le eligen mutuamente para disfrutar un proyecto de vida en pareja, cuya base es la reciprocidad. Deja atrás el amor eterno, de sacrificio, de las medias naranjas o las almas gemelas, que solo deja víctimas a su paso.
  • Por otro lado, tenemos al también sociólogo y filósofo, Zygmunt Bauman, con su propuesta posromántica y postmoderna de “amor líquido”. Donde los vínculos son más frágiles, no sólidos, sino líquidos y las relaciones interpersonales son fluidas, fugaces, desechables y superficiales.

El amor confluente quedaría en medio del amor romántico sacrificado y el amor líquido con amarras estratégicamente ajustadas, para dejarlo al primer conflicto.

Hoy día, podemos tener relaciones más o menos saludables, pero decidimos dejarlas con la esperanza de ser más felices en una nueva relación y formar nuevos vínculos.

El ejercicio de la Sexualidad

La sexualidad, es la forma de comportarse de acuerdo a su sexo, incluyendo todas las variantes hoy día reconocidas, y están presentes desde el nacimiento hasta la muerte.

La sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida y comprende el sexo, las identidades y los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se vive y expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas y roles, así como en relaciones interpersonales. La sexualidad está influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, legales, históricos, religiosos y espirituales. (Suárez, 2016, p. 32).

Una forma de regular la sexualidad a través del Estado, se refleja en los diferentes modos de culturales de vivirla en pareja. Para ello, existen normas que definen lo que está permitido o no, y quienes son aptos o no para el matrimonio. La mayoría de las leyes, prohíben casarse entre los miembros de la misma familia como sucedía antes en Egipto y en otras latitudes reseñadas en la historia del amor, pero en la antigüedad, eso era muy común para preservar el linaje de los gobernantes. Esto se conoce como Endogamia.

Por el contrario, la exogamia, es una práctica a casarse y tener descendencia con miembros fuera de la familia.

Actualmente en las sociedades industriales las leyes aceptadas en general, proponen la monogamia, que es la unión de dos personas, pero no aceptan tener muchas uniones como sucede en la poligamia. Independientemente de que en la naturaleza el ser humano, no está diseñado biológicamente para la monogamia.

El concepto de monogamia serial, es también más aceptado en la actualidad y consiste en tener varias parejas, pero no de forma simultánea, sino que una vez que se termina el vínculo con una persona, se puede pasar a otra. Luego entonces, las relaciones polígamas cuando se tiene una pareja, se podrían considerar, como una infidelidad.

Un termino más reciente para describir conductas parecidas a la infidelidad, es el de socio sexualidad o personas con orientación socio sexual. Son aquellas, que tienen contacto con diversas parejas, pero no tienen compromiso o conexión emocional con ellas. “La sociosexualidad, es entendida como la mayor o menor tendencia a tener sexo ocasional con diferentes personas sin tener una relación con ellas y está compuesta por tres elementos: el comportamiento, la actitud y el deseo”. (Ortega, 2016). Recordemos que el deseo es la fuerza más poderosa de la naturaleza humana.

Esto puede ser un rasgo de personalidad, y mientras más abierto sea el concepto relacionado con la infidelidad, mayor tendencia podría tener la persona a cometerla cuando se establezca en una relación oficial, por obvias razones.

Lo mismo sucedería si alguien tiene una actitud positiva hacia la práctica de la infidelidad. Sin embargo, cuando en una relación oficial, se practica por uno o ambos miembros de la misma, se rompen los vínculos sociales y se puede llegar a cargar el estigma social o el prejuicio social de los otros, y a categorizar a esa persona como infiel. Esto es, se observa con rechazo a una persona a causa de la práctica que va en contra de las normas del grupo.

Factor Sociocultural cualitativo de la etiología de la infidelidad

El concepto de lo sociocultural, estudia la interacción entre los factores culturales y sociales que influyen en las relaciones de las personas y su identidad.

La cultura refiere, al “modo de vida que caracteriza a una sociedad o a un grupo social y que incluye los conocimientos, costumbres, normas, leyes y creencias. (Giddens & Sutton, 2014, p. 209). Las variables socioculturales que se analizan son: el género, la raza, la orientación sexual, la religión, la etnicidad, su historia, su lenguaje, su geografía, el nivel socioeconómico, la cultural entre otros aspectos más.

La teoría sociocultural se centra en los cambios de comportamiento que se producen a lo largo de la vida de una persona.

El islam, tiene algunas prohibiciones: el sexo anal, la penetración durante la menstruación y el sexo fuera del matrimonio. Se condenan con cárcel o penas físicas, como lapidación o latigazos. Fundamentalmente, se presenta en: Afganistán, Somalia, Irán, Egipto, Bangladesh, Brunéi, zonas de Pakistán y Arabia Saudita.

Otras restricciones que tienen las mujeres es que no pueden divorciarse sin el consentimiento de su marido, deben usar como vestimenta burka, un velo que las cubre de la cabeza a los pies y debe ser de colores apagados. No pueden trabajar fuera de casa y no pueden estudiar en las universidades.

¿Qué dicen las investigaciones sobre la infidelidad? o ¿Por qué las personas son infieles?

A continuación, se presentan algunos aspectos que describen desde el punto de vista de las investigaciones científicas, diferentes perspectivas relacionadas con el origen de la infidelidad.

En un estudio llevado a cabo por los investigadores Laura Machia de la Universidad de Syracuse y Brian Ogolsky de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, realizado en el 2021: Encontraron 15 mil razones para irse o para quedarse en una relación de pareja. La enorme cantidad de respuestas, refleja la unicidad o singularidad al elegir o dejar una pareja.

Una primera aproximación teórica para explicar la permanencia o no permanencia en una relación fue a través de:

  • La teoría de la equidad: Esperas obtener, lo mismo que das, y
  • La teoría del intercambio social: En ella, los beneficios superan a las recompensas. Recibes, más de lo que inviertes.

¡Queremos como hemos aprendido a querer! Sin embargo, en lo más esencial, existen dos razones fundamentales para permanecer o irse de la relación: “Los sentimientos de amor y compromiso predijeron razones para quedarse, pero la disponibilidad de otra alternativa surgió como la razón más fuerte para irse”. (Krauss, 2021). Es decir, nos quedamos en una relación porque existe forma mutua: amor y compromiso. Y, nos vamos porque existe la posibilidad real o potencial de una nueva pareja.

Principales razones para terminar una relación de pareja

Antes las personas se iban argumentando “incompatibilidad de caracteres”, hoy es la posibilidad de ser más felices y estar con alguien más, o cuando ya se está con alguien más aun cuando no se ha concluido la relación anterior, a esto se le puede llamar: infidelidad.

En un estudio publicado en la revista académica Couple and Family Psychology (Psicología de la Familia y la pareja). Investigadores del Departamento de Psicología en la Universidad de Denver, en el 2013, realizaron un estudio con personas divorciadas, y encontraron que las principales razones para tomar esta decisión fueron: la falta de compromiso (mencionado por el 75% de la muestra investigada), la infidelidad (59.6%), los conflictos y peleas de pareja frecuentes(57.7%), el matrimonio a una edad temprana (45.1%), problemas económicos (36.7%), y el abuso de sustancias como las drogas y el alcohol (34.6%). También se incluyen argumentos de violencia doméstica (23.5%), problemas de salud (18.2%) y falta de apoyo de las familias de origen (17.3%). (Shelby, et al., 2013).

En la reflexión de los motivos para iniciar una relación fuera de la pareja oficial: ¿En dónde empieza el hilo conductor de la infidelidad?, ¿Se dio por la falta de compromiso, fue haberse casado muy en edades muy tempranas o por los conflictos en pareja? Sin embargo, sí existen, en la etiología, explicaciones tanto teóricas como prácticas basadas en la investigación de donde se rastrean los orígenes de este tema tan complejo.

En un llevado a cabo en la UNAM en el 2018, se encontró que los principales predictores de la infidelidad sexual o emocional, en hombres y mujeres, fueron los conflictos por: celos, las relaciones sexuales, los hijos y las actividades propias de la pareja. (Rivera, et al., 2018).

Otro estudio llevado a cabo por investigadores de la universidad Estatal de Humboldt en Estados Unidos y el Instituto de Neurociencia de la Universidad de Glasgow en Reino Unido (Hahn, et al., 2020), encontraron que el cortisol, aumentaba como consecuencia de cuando las mujeres experimentaban celos reactivos, después de una infidelidad. Los celos reactivos se refieren al grado en que un individuo experimenta emociones negativas como resultado de la infidelidad emocional o sexual de su pareja.

No solo se incrementa el cortisol, en los celos reactivos, sino en la parte cognitiva existe la amenaza de la pérdida del afecto de la pareja romántica, aunado al trauma por traición y la lesión por apego, generando pensamientos centrados en la pareja: esto son negativos, catastróficos y centralistas. Generando un sinfín de distorsiones cognitivas; tales como pensar que la pareja se siente atraída por otra persona, la posibilidad de ser abandonada y la ruptura del amor y la confianza.

Otra investigación llevada a cabo por el departamento de Psiquiatría, en la Facultad de Medicina de São Paulo, en Brasil, encabezada por Andrea Lorena da C. Stravogiannis en el 2018. Analizó, en la comorbilidad psiquiátrica, la presencia de celos patológicos y amor patológico, encontrando que ello, genera grandes deterioros en las relaciones de pareja. “Los celos patológicos evocan emociones, pensamientos y conductas que causan daño en las relaciones sociales e interpersonales. Por otro lado, el amor patológico es el comportamiento incontrolable de cuidar a una pareja que resulta en descuidar las necesidades del yo”. (Stravogiannis, et al., 2018).

Los celos y el amor patológico pueden causar angustia y deterioro significativo en las personas. Los celos y el amor patológico, crean las condiciones subjetivas negativas para suponer la infidelidad de uno de los miembros de la pareja, sin que esto sea una situación real.

En los celos patológicos, quien los padece percibe al otro miembro como de su propiedad, desatando el miedo anticipado a la traición y a la agresividad que se descarga en la pareja ante una infidelidad real o potencial. Y, en el amor patológico es tal la devoción que se le tiene al otro miembro de la pareja que termina ahogando la relación con atenciones desmedidas. Estas podrían ocultar la intención potencial de evitar una traición, al intentar demostrar que es la mejor opción para ofrecer un amor incondicional, evitando una infidelidad anticipada. Por otro lado, el amor patológico también genera mayores deterioros en la crianza de los hijos.

Desde las tierras del lejano Oriente, en una investigación a cargo del Doctor Tsukasa Kato de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yagamata al norte de Japón, estudió los efectos de la imaginación sexual y los celos, en hombres y mujeres, ante las respuestas de una infidelidad de pareja. La imaginación de infidelidad en los hombres está mediada por estímulos de celos ante una infidelidad sexual. Mientras que, la imaginación de las mujeres, resulto más en estímulos relacionados con una respuesta de celos, ante una infidelidad emocional. “La imaginación sexual y romántica se asocia con una mayor angustia por la imaginación sexual y emocional de su pareja” (Tsukasa, 2024).

Las personas del estudio con más experiencias en pareja y que han vivido una infidelidad sexual y emocional, reportaron mayor imaginación sexual y romántica en comparación con quienes no han pasado por esa experiencia. Es un hecho, que muestra también, que las experiencias buenas o malas que hemos tenido en la vida, en las relaciones de pareja, se codifican, almacenan y se recuperan en la memoria, para bien o para mal y repercuten en nuestras experiencias futuras, ya sea que se experimenten de forma real o solo imaginada.

Un estudio realizado por los Doctores y Psicólogos Sociales Sonja Uztz y Camiel Beukeboom, de la Universidad Libre de Ámsterdam. Llevaron a cabo un estudio sobre “El papel de las redes sociales en las relaciones románticas: efectos sobre los celos y la felicidad en las relaciones”. La información sobre la pareja romántica está libre y de forma pública en las redes sociales. Se encontró que las personas con baja autoestima crean un perfil con información idealizada. Y, si la pareja deja comentarios positivos a otra persona, se disparan los celos. Cuando nos auto presentamos en las redes sociales y en espacios presenciales, creamos una atmósfera positiva, real o irreal. Si se presenta algún tipo de interacción del socio con alguna persona atractiva, ello genera celos y la posibilidad de una infidelidad: real o potencial. Uno de los sitios que más popularidad tiene es Facebook.

Facebook es la red social más popular en México y en el mundo con más de 3 mil millones de usuarios. Sus usuarios equivalen al 37% de la población mundial. (PRIMEWEB, 2024). Las personas crean es esta red, perfiles: vínculos, auto presentaciones idealizadas, identidades deseables, dan información sobre su perfil y actividades y pueden monitorear las actividades de su pareja. Además, buscan la popularidad entre la comunidad.

En general las redes sociales, permiten monitorear el comportamiento de la pareja, en un primer momento, sin violar la confianza debido a que es información pública. Sin embargo, si la pareja aparece con alguien más, una especie de rival potencial, sonriendo, abrazando o simplemente al lado de alguien, esto dispara los celos románticos y la posibilidad real o imaginada de una infidelidad.

Existen diferentes tipos de celos, en una simple interacción digital, se exacerban: “Los celos reactivos se refieren principalmente a las reacciones emocionales (ira, tristeza) ante una infidelidad emocional o sexualLos celos ansiosos tienen un fuerte componente cognitivo e implican cavilar sobre la posible infidelidadde la pareja. Los celos posesivos tienen un componente conductual más fuerte e incluyen monitorear el comportamiento y tratar de evitar que la pareja tenga amigos del sexo opuesto”. (Buunk, 1997).

En Sudamérica, particularmente en la Universidad de Santiago de Chile, se llevó a cabo en el 2017, un estudio para conocer las razones por las cuales hombres y mujeres son infieles, encontrando las siguientes razones:

  • Insatisfacción en la relación: que llevaría a una infidelidad por la falta de compromiso y sensibilidad percibida, o tener proyectos de vida distintos en la pareja.
  • Sexualidad: Es el comportamiento sexual en cuanto a estar satisfecho o no, en el rendimiento sexual de la pareja. Además de la presencia de tabúes (p. ej., el sexo oral, anal o la práctica de la masturbación o alguna práctica sexual que la pareja perciba como inadecuada), dentro de la relación que podrían identificarse como una posible razón para cometer un acto de infidelidad.
  • Legitimación de la Infidelidad: Incluye percibir el acto de infidelidad como un juego o como parte de la vida en pareja, mediado por aspectos culturales.
  • Apertura Socio sexual: Es la apertura individual a tener relaciones y fantasías sexuales fuera de la relación de pareja o a ejercer la conducta de infidelidad frente a la infidelidad del compañero. Este último, es un acto de venganza donde se ejerce la infidelidad, ante la infidelidad del compañero.
  • Constancia y Estabilidad Emocional: Alude a la constancia dentro de la relación, en términos de proyección y estabilidad y exclusividad del vínculo con la pareja. (Figueroa, Fernández, & Jara, 2017).

Se utilizó un enfoque evolucionista, el cual retoma los principios Darwinianos en dos vías:

  1. Supone, que sigue presente la selección natural en la supervivencia y la reproducción. Donde sobrevive el que mejor se adapta. Y, las especies compiten por la capacidad de reproducirse, comida y refugio.
  2. Es la selección natural, se buscan los mejores genes para transmitirlos de una generación a otra. Se buscan los beneficios de la atracción de una pareja, con el fin de lograr una mayor tasa reproductiva, y no necesariamente sobrevivir.

Para protegerse de una infidelidad, los hombres, bajo este enfoque evolucionista desarrollaron la conducta de los celos, como una forma de proteger el vínculo emocional ante una posible infidelidad sexual o emocional. Es decir, los hombres estarían buscando; el atractivo físico, la juventud de la fertilidad y la fidelidad, para garantizar la paternidad. Mientras que las mujeres, buscan en este enfoque evolutivo, un alto potencial financiero y un estatus, para garantizar su bienestar, el de sus hijos y el de la familia en general. Cualquier incumplimiento en estas áreas, sería proclive, tanto el hombre como la mujer a cometer un acto de infidelidad. Bajo este enfoque también, la infidelidad, sería entendida, como una transgresión o violación al compromiso de exclusividad emocional y sexual, dentro de una relación de pareja.

La antropóloga Helen Fisher (1992), afirma en su libro anatomía del amor, que: la monogamia no es la conducta “naturalmente evolutiva” de la especie humana y la fidelidad de la pareja sólo se afirmaría en la decisión mutua y consciente de mantener este vínculo de forma exclusiva con una sola persona.

¿Cómo se procesa la infidelidad en el cerebro?

La posible explicación parte en realidad del concepto del duelo en el cerebro, debido a que muchas veces implica una separación y muerte simbólica de los amantes. Ya desde el siglo anterior a través de la escala de reajuste social de Holmes y Rahe, se conocía el correlato de la gran carga de estrés que produce: la muerte, la separación y el divorcio de la pareja. Es un evento demoledor que impacta a cualquiera.

El trabajo que han venido realizando los neurocientíficos noruegos: Edvard Moser y May-Britt Moser sobre los mapas cognitivos que se van elaborando para representarnos la realidad. Retomaron los aportes de John O´Keefe sobre las células o neuronas que constituyen un sistema de posicionamiento en el cerebro.

En palabras sencillas, esto significa que tenemos a nivel cerebral un sistema parecido al GPS, que activamos cuando nos dirigimos a una dirección, pero en este caso es sobre lo significativa que resulta una persona para nosotros. Necesitamos relaciones significativas, tanto como necesitamos comer, respirar o tomar agua.

Esas personas con las cuales generamos un apego (cercanía o distancia), necesitamos tenerlas en el aquí (lugar) y en el ahora (tiempo presente).

Si antes teníamos a esa persona y dejamos de tenerla, en general, no sabemos a ¿dónde estamos y a dónde vamos en la vida? Trazamos de esas personas mapas cognitivos, emocionales, afectivos, sentimentales y sociales que dan cohesión y coherencias nuestras vidas. Esos mapas se guardan en espacios específicos del cerebro y reciben el nombre de neuronas de: velocidad, de objeto y de rastreo de objetos.

Se traducen en dimensiones que nos indican el grado de apego que tenemos con alguien, el espacio y el tiempo que compartimos también. Nos ubican en el aquí y el ahora.

Cuando nos deja una persona o la dejamos, no importa si esto se debió a la muerte, separación o divorcio (por una infidelidad), el impacto que se genera a nivel neuronal, es impresionante, sobre todo cuando esa persona ha sido muy importante en nuestras vidas. Nos sentimos perdidos, sin rumbo, sin su presencia, con mucho dolor físico o emocional y muchas veces, sin la posibilidad de volver a recuperarla.

Se pierde materialmente una parte de nosotros, se extinguen los recuerdos, los contactos, las experiencias y se divide el yo de la relación de pareja. Y, las neuronas que eran nuestro GPS, no entienden que la persona ya no está. Seguimos intentando buscarle, e incluso en ocasiones creemos verle en la calle o estamos esperando su llegada o su llamada, pero a veces, nunca llega.

Se desestructuran los químicos y los mapas en el cerebro relacionados con la persona amada. Sí la interacción social, fue la que ayudo a construir el mapa y los vínculos, como ya no está la persona, el cerebro se queda con la esperanza de volver nuevamente, pero si la interacción se termina, por distancia o ausencia, nos quedamos en la desolación de la nada, igual que cuando fallece la persona amada.

Consideraciones finales sobre la infidelidad

Nunca he engañado a mi mujer. No es ningún mérito: la amo. (Georges Duhamel: médico, escritor y poeta francés)

  • La infidelidad no viene de la falta de amor, viene de faltar al compromiso.
  • No hay manera de blindar o inocular las relaciones de pareja de una traición o infidelidad.
  • Es una conducta que se ha practicado, se practica y se seguirá practicando mientras el hombre esté en la tierra.
  • Cada vez la manera de analizar conductas complejas como esta, implica una visión más holística y de múltiples disciplinas científicas para conocerla mejor. Y, de metodologías como el metamodelo de la salud-enfermedad, donde se analizan los conceptos antagónicos en una unidualidad, en este caso: la fidelidad y la infidelidad.
  • No existe una supremacía científica que domine en terreno del estudio de la infidelidad, más bien los esfuerzos por seguir conociendo esta conducta tan apasionante, han resultado complementarios.
  • Los efectos que genera para quien la lleva a cabo y para quien se la practican, son devastadores, cuando se quiere mantener la relación. Sin embargo, no todas las infidelidades terminan en una separación y más bien su resolución corresponde a una singularidad que implica, las personas involucradas y sus contextos individuales y sociales.
  • Cuando se enfrenta una situación de infidelidad, sí los miembros de la pareja no pueden resolver y llegar a acuerdos, es mejor recurrir a tu terapeuta de confianza.
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