
Historia y prehistoria del amor: ¿Nos afectan las conductas amorosas de quienes nos antecedieron?
La historia de la ciencia es una historia de cambios de paradigma. Michio Kaku, físico teórico
- El amor no es un sentimiento universal, el concepto es una construcción social que se ha venido construyendo y deconstruyendo.
- El amor como lo conocemos hoy en día, es en realidad un concepto polisémico y no hay un acuerdo único de lo que es el amor.
- No existe actualmente una biblia o diccionario para revisar la historia del amor. Y, aún cuando se escribiera siempre faltaría por su complejidad.
- Con o sin amor, podemos tener una pareja, hijos y formar una familia.
- En la vida amorosa del hombre prehistórico, no existía el amor como lo conocemos. Se especula que vivía realizando diversas prácticas sexuales: orientadas a la reproducción y al placer.
- Cada cultura en el devenir de la historia ha proporcionado elementos esenciales para ir construyendo el concepto del amor que conocemos hoy en día.
- Dentro de las diversas prácticas sociales y sexuales relacionadas con el amor se han presentado: la endogamia, el incesto, la poliginia, el sexo oral, la sodomía y muchas más.
- El amor tiene muchas formas de ser analizado, desde el no amor en la prehistoria y la historia, el amor matrimonio, el amor desequilibrio o enfermedad, el amor erótico-pasional, el amor mediado por la política, el amor mediado por la Iglesia, el amor cortés, el amor heroico, el amor como alianzas para fortalecer imperios, el amor mediado por preceptos religiosos, el amor como acuerdo comercial, el amor victoriano desvinculado aparentemente del erotismo, el amor libre, el amor romántico, el amor líquido (sin compromisos) y el amor confluyente (amor democrático) por mencionar solo algunos.
Contenido
El amor en la historia, un breve recuento
La ciencia nos permite ver un mundo mucho más amplio del que nos muestran nuestros sentidos limitados. Pere Estupinyà
Se piensa que el amor es un sentimiento universal, pero no es así, en el devenir de la historia ha ido cambiando. Incluso en el principio de los tiempos, no existía el amor, como lo conocemos hoy en día. Ello, debido a que este concepto, se ha venido construyendo y deconstruyendo a lo largo de la historia: cambia en función del tiempo, la religión, la cultura, las leyes, la ideología, la orografía, la cosmovisión e influencia entre las diferentes civilizaciones y países.
En las distintas épocas el hombre ha concebido el amor de formas diferentes. Dada la naturaleza social del ser humano, necesitamos lazos de apego para poder sobrevivir y reproducirnos, lo cual conlleva cuidados físicos y seguridad emocional, ello permite establecer vínculos sociales, algunas veces mediados solo para socializar, divertirnos, poder trabajar, colaborar con otros, y establecer también lazos de amor y amistad.
El amor nos puede llevar a la elección de una pareja, a casarnos y tener hijos. Podríamos pensar que sin amor, todo lo anterior no es posible, pero aún sin que haya lazos afectivos de por medio, algunas personas tienen una pareja, se casan y tienen hijos. Eso ha sucedido a lo largo de la historia del hombre y sigue sucediendo actualmente.
Los primeros lazos de amor y apego, se establecen con nuestros padres. Sin embargo, casi siempre en principio es con la madre. Necesitamos esos lazos de cohesión social para sobrevivir, pero no son los únicos.
El amor está relacionado muchos aspectos a saber: con el instinto, los apegos, la atracción, la descendencia, la diversidad sexual, las relaciones sexuales, la sexualidad, el erotismo, la comunicación, las emociones, los sentimientos, la fisiología del cerebro, la neurociencia, las costumbres de cada época, la religión, la economía, la sociedad, la política y muchos otros temas más, por lo que hace de él, una conducta muy compleja e interesante. Es importante hacer notar que el concepto de amor ha ido cambiando a lo largo de la vida del ser humano en la tierra. Y, muy probablemente seguirá cambiando, mientras estemos vivos, no importa, si vivimos en este planeta o en otro sitio fuera de este mundo.
Aunque antes no existía el concepto de amor tal como lo conocemos ahora, es indudable que ha venido cambiando hasta lo que entendemos en nuestros días. A continuación, se presentan a manera de resumen, algunas de las características más relevantes del amor por grandes periodos de la historia. Es importante, entender cómo se vivía en ese entonces y no juzgar esas conductas desde nuestra perspectiva actual. Es un breve recuento y no pretende ser exhaustivo, sino descriptivo tomando como referencia algunos periodos de la historia y la prehistoria.
La prehistoria del amor
Desde los albores del ser humano, muy probablemente, no existían los lazos de amistad, la familia, el matrimonio, la pareja, el amor y las muestras de afecto como las conocemos ahora.
Sin embargo, la vida en comunidad, debió de resultar fundamental para sobrevivir, y enfrentar las inclemencias del tiempo, entre otras más. Se desconoce, si en aquella época, la norma era la monogamia, la poligamia, la diversidad sexual o todas las anteriores. No se sabe sobe el tiempo que pasaban juntas las parejas. Se han encontrado vestigios, que indican desde el paleolítico (primer periodo de la prehistoria de la humanidad), una gran diversidad en diferentes conductas sexuales de los hombres y mujeres de la prehistoria.
“Nuestros ancestros empezaron a inmortalizar escenas sexuales hace unos 30.000 años, en cuevas o paredes al aire libre, entre ellas hay muchas de genitales femeninos y masculinos y cuerpos completos que muestran sus preferencias sexuales y comportamiento. Si tenemos en cuenta las imágenes y acciones representados parece existir gran similitud entre la vida sexual de nuestros antepasados y la nuestra”. (Valenzuela, 2017). Aunque son más las especulaciones que los datos concretos, se cree que la monogamia se presentó aparejada a las conductas de ser seminómadas, tal hecho se cree, porque en caso de practicarse la poligamia, el hombre debió haber pasado cazando de tiempo completo para poder mantener a todas esas mujeres y a su múltiple descendencia.
“En amor y pareja, seguimos en la prehistoria. Un estudio afirma que el hombre moderno usa los mismos patrones de relación de los Neanderthals: los varones buscan a la más atractiva para procrear y las mujeres, un compañero que asegure el sustento. El Hombre de Neandertal es una especie del género Homo que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230 mil hasta 29 mil años atrás, durante el Paleolítico medio. Vivían en grupos organizados, formados por alrededor de unos treinta miembros.” (Perfil, 2007). Esto comprobaría que en las leyes de la atracción son similares que las de hace 200 mil años.
Dentro de las mismas especulaciones, vivir sin reglas claras en una comunidad, pudo haber sido la pauta para tener comportamientos sexuales más libres y abiertos en esos tiempos. Incluyendo el rapto de mujeres entre clanes de grupos prehistóricos.
Se piensa que también desligaron la reproducción del sexo, lo cual significó placer garantizado. Una respuesta sexual de atracción instintiva, orgasmos, reproducción y una diversidad sexual, supone que: el cerebro, el sistema nervioso y el hipotálamo han funcionado de manera similar desde la prehistoria hasta nuestros días, activando el deseo sexual en ambos sexos.
El amor en el antiguo Egipto
El amor es el fluir eterno del Nilo, donde cada caricia es una nueva marea de pasión. (Proverbio Egipcio)
En el antiguo Egipto, casarse era una necesidad para sobrevivir. No era necesario el amor, el objetivo del matrimonio, era como una empresa para tener hijos. Las relaciones eróticas prematrimoniales, tampoco estaban mediadas necesariamente por los afectos.
El matrimonio, les daba legitimidad a los hijos, por lo tanto, era bien visto, pero no la soltería. “Las mujeres podían casarse a los catorce años y los hombres a los 16”. (Un viaje al pasado, 2022). Sí la pareja resultaba infértil, sí cometía adulterio, o simplemente ya no quería compartir con la pareja y lo expresaba, era motivo de disolución del vínculo.
Los hombres de la familia real practicaban la poligamia, podían tener varias esposas: hermanas, primas u otras damas. Las relaciones incestuosas no solo eran comunes en la familia real, sino también se veía reflejada y naturalizada en la cosmovisión de sus dioses. “El incesto era algo aberrante para los griegos, pero no para los egipcios” (Un viaje al pasado, 2022).
El casamiento entre la realeza tenía su justificación para preservar la pureza del linaje. “Aunque se puede pensar que el comportamiento de los antiguos egipcios era muy distinto al nuestro, tenían las mismas dudas, miedos y motivaciones respecto a los conceptos del amor, el sexo y el matrimonio. Y aunque ciertamente es incompleta la historia, mucho es familiar: los antiguos egipcios no eran tan diferentes a nosotros en lo que respecta a las relaciones… vivían, se enamoraban, amaban, se casaban, se divorciaban y, a veces, repetían”. (Booth, 2021). La práctica de casarse con hermanos o familiares cercanos, también estaba presente en las comunidades pequeñas y aisladas, pues las leyes de la época lo permitían, por las limitaciones que tenían las personas para elegir una pareja en esas condiciones.
Practicaban de forma regular el sexo oral, los romanos no porque lo consideraban impuro o de clases inferiores. Era tal la preferencia de esta práctica que existían prostitutas y felatrices, las cuales se distinguían por llevar pintados los labios de color rojo intenso.
Ejemplo de endogamia: Tutankamón
- “Fue conocido también con el nombre del Rey Tut (el rey niño que ascendió al trono), se estima que murió entre los 18 o 19 años de edad. Sus padres son la unión entre hermanos, es decir, fue producto de una relación incestuosa. Contrajo matrimonio con su media hermana Anjesenamón. Su presencia, no fue la imagen idealizada de un rey, resultó débil y achacoso. Tuvo múltiples problemas de salud: malaria o paludismo (enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten a las personas a través de las picaduras de mosquitos infectados), también labio leporino, problemas óseos (necrosis ósea, riego sanguíneo insuficiente), deformidades en los pies (pie equino varo; condición congénita en la que desde el nacimiento el pie está torcido), necesitaba un bastón para caminar”. (La vanguardia, 2010; Chirinos, 2010; OPS, 2024). Aunque siempre existen muchas líneas teóricas de investigación en los acontecimientos de la historia, se piensa que Akhenatón y Nefertiti fueron los padres de Tutankamón.
La tragedia griega del amor y sus Dioses
Amor crescit dolore repulsae. (El amor crece con el dolor del rechazo) Ovidio prolífico del incipiente Imperio Romano
En la Grecia antigua o clásica, la norma del amor o algo parecido a ello, estaba mediado por los mitos y las tragedias griegas, reflejada en la lucha, el robo, la posesión, los celos, la traición, la guerra y un montón de conflictos y bajas pasiones entre los dioses. Por ejemplo: “Según la tragedia de Eurípides, Medea, herida de celos ante el segundo matrimonio de su esposo Jasón con Glauce, decide matar a su rival y a sus propios hijos para vengarse de Jasón, y huye con sus cadáveres en el carro de Helios hacia el bosque sagrado de Hera, en Atenas”. (Museo del Prado, 2023). El amor en este periodo está ligado al dolor, la infidelidad y el sufrimiento.
En el mundo griego se despreciaba la pasión, pues causaba desequilibrio. Lo importante era el control de cuerpo y de las pasiones. La razón para ello, es que en la medicina pre-hipocrática y la hipocrática suponía que el equilibrio está en el interior del cuerpo, y ello daba como resultado, la ausencia de la enfermedad. El amor, no es como lo entendemos hoy día, era más bien un elemento desestabilizador, similar a una enfermedad.
El amor romántico es una construcción social que parte de las ideas de los griegos Platón y Aristóteles y en los años setentas sus planteamientos fueron retomados por el sociólogo de la Universidad de Toronto John Allan Lee en su libro los colores de amor, donde describe distintos tipos de amor: Eros, Ludus, Storge, Manía, Pragma y Agape.
Los egipcios, griegos, romanos e ingleses, tienen aspectos en común relacionados con el amor: el amor se asocia con una institución llamada familia. La razón es que se necesitaban, soldados para defender las tierras y las mujeres eran apreciadas por ello. Se empiezan a establecer relaciones monógamas, reguladas por el Estado y la Iglesia.
La endogamia (práctica de contraer matrimonio entre sí personas de ascendencia común, naturales de una misma localidad o comarca, o de un grupo social) puede ser política (entre clases sociales altas), geográfica o endémica (comunidades aisladas, como en la isla de Tristán de Acuña en la mitad del Atlántico Sur), o incluso sociocultural (comunidades que deciden aislarse del mundo como la comunidad de Charles Manson), en ésta se justifican todo tipo de relaciones sexuales (relaciones incestuosas; (cópula entre dos parientes cercanos, especialmente entre padre e hija, hijo-madre, hermano-hermana), todo con el fin de conservar el poder entre las castas o clases sociales reinantes. El precio que pagaron por actos relacionados con amor, pero que no era amor: malformaciones genéticas, enfermedades.
Para los griegos, los orígenes del amor están relacionados con la tragedia. El ejemplo viene desde la lucha entre los dioses, se presenta una diversidad de conductas asociadas a ello: dolor, sufrimiento, desequilibrio (enfermedad), infidelidad, justificación de conductas endogámicas.
- El Eros es el amor sexual o pasional, lo más parecido al amor romántico actual. Una flecha de Cupido rompe nuestras defensas y caemos enamorados. Es el amor ciego, representado por un niño con los ojos vendados.
- El Filia, es un amor de compañerismo. Para Aristóteles era una amistad: útil, agradable, racional y virtuosa. Es un beneficio mutuo en: compañerismo, fiabilidad y confianza. Mientras que para Platón la filia, nacía del Eros, nutriéndose y transformándose mutuamente, es decir, la amistad crece en el erotismo y ambas se influyen y nutren.
- El Storge, es un amor familiar o filial, entre padres e hijos. Es un amor asimétrico que cuando es dado a los hijos se entiende, pero si la pareja trata al otro como a un hijo, se vuelve disfuncional, pues existe el riesgo de perder el erotismo.
- El Agape, es un amor altruista orientado a los extraños, la naturaleza, Dios o la sociedad.
- El Ludus, es un amor más de juego, sin compromiso como el de los amigovios. Hay coqueteos, conquista, juego, baile, seducción, todo sin compromisos.
- El Pragma, es un amor pragmático, es ir de compras en el amor, lo que más nos conviene. La atracción y las compatibilidades pasan a segundo término. Lo importante son las metas conjuntas y el deseo de que funcione bien la relación. Es un amor racional a largo plazo, es un arreglo de pareja por conveniencia.
- El Philautia, es el amor propio (saludable/autoestima alta o enfermizo/egolatría y soberbia). En la Grecia antigua, se podía acusar a una persona de soberbia si se ponía a sí misma por encima de los dioses. (Sangrador, 1982; Burton, 2020).
El amor en la antigua Roma
“Que viva el que ama; que se muera quien no sabe amar. Dos veces perezca todo el que pone obstáculos al amor”. (Grafiti en las ruinas de Pompeya )
Para bien o para mal, las costumbres de los griegos influyeron en las conductas de los romanos en relación a sus comportamientos sexuales incluyendo la interpretación del amor.
El amor no tenía ningún significado, solo los poetas construían la vida amorosa y la sexualidad con sus versos. El concepto de la sexualidad se regía, bajo la visión del hombre. El sexo oral, era mal visto y solo practicado por personas de baja estirpe. Sin embargo, para los egipcios era una práctica común. De hecho, se dice que Cleopatra lo practicaba muy constantemente: “La reina del Antiguo Egipto era famosa por sus artes amatorias y por su don para el sexo oral. Cleopatra, la experta en felaciones conocida como ‘la boca de 10.000 hombres“. (El español, 2028). Se sabe que se casó con dos de sus hermanos menores.
Los soldados no expresaban sus emociones y sentimientos. No podían someterse ante los encantos de una mujer.
“El matrimonio en la antigua Roma, se consideraba un deber cuyo objetivo principal, era proporcionar nuevos ciudadanos”. (Mundo maravilla, 2022). Y, a la prosperidad económica y política. Las personas no se casaban por amor, sino para formar una institución llamada familia. Y, las mujeres quedaban en la estructura en segundo término. Sin embargo, una mujer casada y con hijos era muy respetada, porque era quien podía engendrar y hacer más grande el ejército romano.
En Grecia, los padres podían decidir con quién se casaban sus hijas, el Roma los involucrados tenían la libertad de decidir de forma autónoma, y solo se necesitaba el aval o permiso de los padres. La separación cuando se daba, era por mutuo acuerdo o divorcio. Sin embargo, únicamente la separación autónoma, se le otorgaba al marido, sí así, éste lo decidía. La mayoría de las relaciones eróticas, se daban fuera del matrimonio. Mientras que las mujeres debían ser totalmente fieles, se llegaban a dar relaciones eróticas fuera del consentimiento del esposo. Las mujeres romanas contaban con derechos políticos, las mujeres de griegas, no.
“En la antigua Roma, el hombre era el dominante, siempre tenía que tener esa relación de poder en la cama y por eso mismo un hombre libre podía tener sexo: con su esposa, con una concubina, con una prostituta, con una esclava, con un esclavo, incluso si el esclavo era un niño, pues no a los esclavos no se les consideraba personas y nadie se escandalizaba. Y, la mayoría de las veces no tenían ningún problema en tener una relación sexual con otro hombre, siempre y cuando ese otro hombre fuera tratado como inferior o como pasivo. Era una cultura orientada al placer, no existía el concepto de: homosexualidad, ni el de heterosexualidad”. (La 2, 2021). La prostitución era muy común en la roma antigua.
El amor en la Edad Media (Siglos V al XV)
Mediada por la religión cristiana, el amor tiene varios matices, pero sobresale uno como el más importante: “Amaras a Dios sobre todas las cosas”. Es un amor religioso, por lo tanto, es natural entenderlo como un amor altruista de entrega a los demás. En las parejas para evitar el pecado, es un amor casto y puro, célibe hasta encontrar al amor de su vida. Es un amor, de caballeros y mujeres nobles. Las relaciones eróticas orientadas al puro placer, eran moralmente castigadas. Estaban prohibidas las relaciones antes del matrimonio y una vez casados la relación debía ser de por vida. Las relaciones sexuales en el matrimonio, eran solo orientadas a la posibilidad de engendrar y tener descendencia.
Con acuerdos comerciales entre socios potenciales. Al menos en el caso de las hijas, deberían de recibir una dote, de esa manera, el amor era un acuerdo comercial, en donde las hijas casaderas, eran monedas de cambio para incrementar la economía familiar. Su valor fundamental, radicaba en la posibilidad de establecer alianzas para neutralizar enemistades entre pueblos y comunidades.
La idea del amor, tampoco era concebido como lo tenemos en la actualidad. Si estaba orientado al pecado era mal visto, pues era un sentimiento peligroso y sin control, que desviaba a las personas de sus responsabilidades y deberes. Existía un amor parecido al amor romántico llamado “amor cortés”, el cual solo se relacionaba con familias formales y nobles.
Aunque el amor era considerado un motor impulsor de la humanidad, ni los filósofos, ni los pensadores de la época pudieron resolver. Dio pie a muchas canciones, poemas y obras literarias, no por su valor emocional y pasional, sino porque el amor fue considerado como una enfermedad del alma. Historias de la época son consideradas un gran ejemplo de esa intensidad, por traer consecuencias devastadoras como el caso de: Romeo y Julieta. Aunque con tintes distintos, en la actualidad se conoce como efecto Romeo y Julieta, el amor que lucha contra la adversidad, el cual está activado por una atracción pasional desmedida con interferencias que impiden a los amantes estar juntos, y eso refuerza más la atracción entre los amantes.
“Socialmente se creía que aquellos que se dejaban llevar por sus impulsos amorosos eran víctimas de una dolencia del alma, denominada amor “loco” o “heroico”. Se pensaba que los amantes eran poseídos por una fuerza sobrenatural que los despojaba de su racionalidad y los conducía a un desenfreno emocional que desafiaba las normas sociales establecidas”. (Vera, 2023). El amor tenía una cosmovisión negativa, pues la pasión provocaba malestares físicos y torpezas en el razonamiento de los amantes, con lo cual desestabilizaba el orden de la sociedad medieval. Hoy sabemos que la corteza prefrontal, el lugar donde vienen nuestros pensamientos más brillantes deja de funcionar y es por ello que actuamos como héroes, locos, enfermos, poetas o tontos.
Se destaca en este periodo la figura del amor cortes, lo más parecido al amor romántico de nuestra era, es el amor pasional donde los hombres tratan de conquistar a las mujeres por medio de la palabra. Sin embargo, este tipo de amor nunca llega a consumarse y termina en dolor y tragedia, como el de Romeo y Julieta. Con todas estas condiciones, la vida matrimonial era insatisfactoria.
La forma de curar este tipo de amor enfermo en la época medieval era: dormir, platicar con amigos, oír música, tomar una caminata por la naturaleza, alejarse del ser amado, mostrar los defectos de la pareja potencial, viajar o tener relaciones sexuales con otras personas.
Aunque existen varias hipótesis, la más lógica ubica la aparición del amor romántico en el siglo XII, por la presencia de poetas y trovadores, también se cree, que ha estado presente en todas las culturas y los tiempos, evidentemente acordes a cada una de las épocas.
En aquella época no tenía la connotación de hoy día, muy probablemente estaba cargado de muchas expectativas e ideales, de estar con la persona amada y estable, de vivir juntos de experimentar una experiencia cotidiana, de un amor sin demasiada pasión y erotismo, era más idealismo que realismo.
Una definición más reciente de este concepto se encuentra en libro de Anthony Giddens, La transformación de la intimidad que dice: “El amor romántico es un amor monógamo y heterocentrista centrado desde la creencia (y la vivencia) de un yo incompleto que busca en el otro o la otra la plenitud del ser, y que además vincula indisolublemente el romanticismo con la pasión y el erotismo. El amor romántico verdadero es perpetuo y para siempre, amor incondicional y no vinculado a la voluntad”. (Giddens, 1995). Posteriormente, este mismo autor explica la transformación del amor romántico en amor confluente.
El Romanticismo (Siglo XVI al XVIII)
Confluían en el concepto del amor, dos vertientes conocidas: la unión por conveniencia (de los griegos, egipcios y los romanos) y el amor cortés o locura de la edad media. Sin embargo, dado que en esta época se daba libertad a la expresión de las emociones, las uniones se presentaban por la expresión de los afectos positivos para la pareja y surgen los inicios del amor romántico.
El Romanticismo es un movimiento artístico, intelectual y cultural que inició en Alemania, Francia y en Inglaterra. Se caracteriza por una gran libertad a los sueños, las fantasías y una gran cantidad de expresiones artísticas. Fundamentalmente en la literatura, se empezaron a incluir sentimientos en los relatos y las narraciones, las cuales contienen temas relacionados conrelaciones dicotómicas: amor y desamor, gozo y dolor, alegría y tristeza, y vida y muerte, por ejemplo.
Surge en contraposición al rechazo de la calma y la racionalidad, entonces entran a la escena: la sensibilidad, lo subjetivo de las emociones, los ideales de belleza. Se busca escapar de la realidad con lo sublime, la creatividad, las pesadillas y las fantasías. En las obras de arte y en la sociedad, se exalta el ideal de mujer, siendo: bella, pura, sumisa, sensual y romántica. “ Esta visión es expresada desde el punto de vista del hombre y representa así algunas ideologías generales de la época”. (Tres girasoles, 2015).
El amor, de ser marginal, pasa a ser más visible. Y, está preñado de pasión y deseo sexual, pues las personas se sienten más dueñas de sus emociones. Las relaciones sexuales son bien vistas al interior del matrimonio. Las mujeres se les considera el sexo débil, pues no son capaces de controlar sus emociones.
Ejemplo de endogamia en España
- “Carlos II de España, también conocido como Carlos II de Austria o de Habsburgo, padeció toda su vida: catarros, diarreas, infecciones bronquiales, problemas dentales (mandíbula salida, prognatismo), sarampión, escasa musculatura, retraso en su desarrollo psicomotor (a los seis años aún no había aprendido a caminar), le dio viruela, sarampión, tuvo problemas gastrointestinales y padecía ataques epilépticos. A los seis años aún no caminaba, era adicto al chocolate, nunca aprendió a escribir correctamente, presentaba arranques de cólera, aunque lo casaron a los 18 años, nunca tuvo hijos porque padecía hipogonadismo (condición en la que los testículos no producen suficiente testosterona), tenía un solo testículo, murió a los 39 años de edad. El padre de Carlos II (Felipe IV), estaba casado con una hija de su hermana (Mariana de Austria), por lo que, a la vez, era tío segundo de su hijo y su madre resulta ser prima de su propio hijo”. En resumen, estuvo enfermo toda su vida y nunca pudo tener decendencia. Él mismo supuso que estaba embrujado y acudió a frailes, exorcistas y monjes para encontrar una solución a su vida. Un fraile le dijo que no estaba poseído, sino solamente hechizado. (Cerda, 2008; Torquemada, 2024; Lara, 2022). La condición de salud de Carlos II, no fue de una relación endogámica aislada, tenía una larga trayectoria. Y, culminó con el casamiento de sus padres “Felipe IV y Mariana de Austria, ellos eran tío y sobrina, una relación que simbolizaba la profundidad de la endogamia dentro de la dinastía. Sin embargo, la preservación del poder, vino con un alto precio, las recurrentes uniones familiares dieron lugar a la aparición de la famosa mandíbula de los Habsburgo, una característica física, marcada por la mandíbula inferior alargada y un labio inferior protuberante”. (El diario de Julio César, 2023).
El amor en el Siglo XIX
Se conoce como la época victoriana, que corresponde a los años, 1837 hasta 1901, periodo en el cuál gobernó la Reyna Victoria (Alejandrina Victoria) en Inglaterra. En este tiempo, se experimentó un auge en el desarrollo científico y tecnológico que se reflejó en la Revolución industrial. La asimetría de las clases sociales, se colocaban en lo más alto a los nobles terratenientes y la Iglesia, existía una clase media y al final estaban los más pobres o la clase trabajadora. Por cierto, muy similar a la sociedad actual.
Las familias vivían también de forma asimétrica, los niños de la clase acomodada, contaban con institutos particulares y personal que les instruía desde edades tempranas. Los hijos de la clase trabajadora, muy pocos estudiaban, otros fueron vendidos por sus padres y la gran mayoría tenía trabajos peligrosos, antihigiénicos y degradantes como seres humanos, con más de 12 horas laborales: limpiando chimeneas (deshollinadores), sirvientes domésticos, en las minas de carbón, en el campo, o en las fábricas de algodón.
Un caballero en esa época, no trabajaba y esa era su característica más importante, las mujeres de la clase acomodada, se dedicaban a organizar tertulias y fiestas donde mostraban sus habilidades organizativas o en tocar algún instrumento. Se consideraban a las mujeres de clase alta como débiles. “Tenían una variedad de sirvientes para realizar las tareas domésticas por lo que solo tenían que supervisarlas … las mujeres trabajadoras, tenían menos educación y menos oportunidades” (Mundo Maravilla, 2022). Las mujeres trabajadoras tenían al igual que los niños, trabajos pesados y muchas veces peligrosos: lavandera, sirvienta, prostituta, para sacar lo mínimo y subsistir.
En el amor, las mujeres en general, no podían mostrar el interés por una pareja o esposo, por el miedo a que supusieran que están interesadas en un hombre solo por sentir deseo sexual. “Acciones como tirar el pañuelo, agitar o cerrar bruscamente el abanico, eran parte del ritual de cortejo entre hombres y mujeres en el siglo XIX… La mujer romántica, como criatura bella y digna de amor, mantenía una relación armoniosa entre lo pasional de sus sentimientos y la imagen social e inmaculada”. (Cabrera, 2023). Como sucedía con el amor cortés del medioevo, los amantes intercambiaban prendas, para aún en la distancia tener contacto con el ser amado, en una especie parafilia sensorial fetichista y de misofilia: tocar la prenda, oler la prenda, besar la prenda, o ver la prenda del ser amado. La garantía era tener contacto indirecto con la persona amada, sin mancillar en lo social su imagen.
Se promovía el casamiento, mostrando unos cuantos afectos, pero sin despertar abiertamente las pasiones, pues estas podían esperar hasta la consumación de la unión oficial. Y, esto se hacía por amor, como centro del matrimonio. Cuando las cosas no marchaban bien o la elección de pareja peligrosamente era entre clases sociales distintas, existía la posibilidad del divorcio civil, aunque ello llevara al desprestigio social, sin la posibilidad de volver a casarse.
La forma de atraer a un hombre podría ser fundamentalmente un arma mortal por los “cosméticos” o remedios que se utilizaban para lucir bellas. El estándar de belleza consistía en tener la piel muy blanca (sin broncear, sin pecas y lunares), las pupilas dilatadas, el cabello rizado, la apariencia de porcelana. Las pecas en la época victoriana, era como ver a alguien con espinillas o acné. La piel bronceada, era sinónimo de pobreza, porque solo las personas pobres, estaban expuestas a las labores del campo, pagando la cuota de sol en la piel.
La moda era tener un cabello largo y abundante (las mujeres pobres tenían el cabello corto, porque era muy costo traerlo largo y bien cuidado), sí se quemaba por el uso de tenazas para enchinar el cabello, se usaban pelucas. La cintura delgada, se alcanzaba con el uso de un apretado corsé. Las mujeres muy maquilladas, eran vistas como vulgares o prostitutas.
Para lograr todos estos efectos hacían uso de productos tóxicos y mortales:
- Utilizaban la planta Belladona para dilatar las pupilas y hacer parecer los ojos como más brillantes. Utilizaban gotas para los ojos con belladona, la cual podía provocar ceguera. En pequeñas dosis provoca alucinaciones y delirios. Altera la visión, el sistema nervioso, aumenta el ritmo cardiaco y la presión arterial, estado de coma, entre otras afecciones más. La belladona es una de las plantas más venenosas del mundo. Algunas otras mujeres se dilataban las pupilas con gotas de jugo de limón o de naranja, causando irritación en los ojos.
- Para blanquear el rostro en el maquillaje y las mascarillas, se utilizaba amoniaco y plomo. Esto daba la apariencia de una piel muy blanca. El amoniaco es un compuesto químico corrosivo de la piel, ojos y pulmones. ¡Quema la piel! Utilizaban también, el amoniaco junto con un vaso con agua, como una especie de enjuague bucal, para evitar el mal aliento. Para este efecto también, se llegó a utilizar la sal mineral del alumbre. Este se utiliza hoy día y se ha utilizado desde la antigüedad por sus propiedades antimicrobianas, pero no tomado.
- Se utilizaba también óxido de zinc en cremas para blanquear, el cuál irrita la piel y causa alergias. En la misma base de las cremas podían tener mercurio (el contacto con la piel de este compuesto causa: trastornos neurológicos, temblores, insomnio, pérdida de memoria y más) o cianuro (la exposición al cianuro, causa: hemorragia nasal, dolor de cabeza, nauseas e incluso la muerte).
- Utilizaban tenazas para rizar el cabello. Parecidas a las utilizadas hoy en día, solo que estas eran de metal y se ponían a calentar al fuego, si se aplicaban con el metal muy caliente, podían provocar que se quemara o incendiara el cabello, causando calvicie y cabello quemado.
- Practicaban las duchas con arsénico. El arsénico es un mineral tóxico cancerígeno, que además provoca lesiones cutáneas. Algunas mujeres en aras de la belleza, también lo ingerían. Otras más lo utilizaban mezclado con otros compuestos para depilarse. También, se utilizaba como obleas y jabones para limpiar la piel que prometían de forma falsa: eliminar pecas, espinillas y manchas solares. El efecto con el contacto con la piel provoca además llagas y úlceras.
- Se llegó a utilizar plomo en el maquillaje, para ocultar alguna imperfección en el rostro. El plomo causa hipertensión, anemia y daño renal. Sin embargo, esto se utilizaba desde el Imperio Romano. Utilizarlo provoca en la piel; heridas y crea cicatrices.
- Los labiales, también contenían sustancias tóxicas diversas, por ejemplo: polvo de cianuro, mercurio y amoniaco.
Muchos de estos componentes, ya se sabía el efecto negativo que provocaban en la piel y en el cuerpo, pero a pesar de ello las mujeres los utilizaban, para lucir bien y atrapar al amor de su vida.
El cortejo oficial en las clases altas empezaba en las mujeres, cuando terminaban su instrucción educativa, entre los diecisiete o dieciocho años, donde la familia organizaba eventos sociales para que la casadera mostrara sus habilidades educativas aprendidas: tocar el piano, cantar u otras.
Los hombres lucían la moda de la época y era mal visto que tuviera un trabajo, pues vivía de la riqueza de la familia. Al menos en el caso de la mujer casarse era sinónimo de: elegir a una pareja por amor, tener libertad dentro del matrimonio, felicidad por estar emparejado con alguien y conseguir la autonomía de los padres. Luego entonces, el amor era la vía para elegir pareja sin presiones sociales, pero sí existían reglas sociales para poder elegir a una pareja. Por ejemplo, verse con la presencia de un acompañante o chaperón y pedir la mano de la pareja generalmente se hacía por escrito.
La época victoriana fue un periodo de doble moral: por un lado, se mostraba recato, dignidad y puritanismo en las conductas sexuales, mientras que se ejercía la prostitución con ligero disimulo. Por otro lado, se presumía de tener grandes avances en cuanto a la tecnología derivados de la revolución industrial, pero había una sobre explotación de la clase trabajadora y una conducta esclavista e inhumana en el trabajo infantil. Se ejercía el control del sexo con diferentes estrategias sociales y tecnológicas con castigos y pecados inventados a saber:
- La masturbación genera locura y retraso mental, además si los hombres no estaban concentrados en los deseos carnales, serían más productivos en la sociedad, se llegaron a asociar enfermedades físicas también con esta práctica.
- Se inventó el anillo de espematorrea; impedía erecciones fuera del coito con la pareja oficial, el instrumento era un anillo dentado hacia adentro y en caso de erección pinchaba y lastimaba el miembro, si la persona tenía una.
- Para las mujeres el coito, estaba destinado solo a la procreación, hacerlo con otros fines solo era para personas de clase baja, evitando contactos inapropiados.
- Una persona muy delgada, con sobrepeso o enferma, eran asociados a ser practicantes de la masturbación, es decir, todos estaban enfermos.
- Se consideraba que las parejas, no deberían de tener sexo, más de dos veces por semana.
- Las mujeres que se dedicaban a la prostitución, antes de esta época eran consideradas como que ejercían simplemente una profesión. Sin embargo, a partir de esta época fueron mal vistas porque tenían las libertades y la autonomía que no permitía el patriarcado.
- Como medida alimenticia, se aconsejaba a los hombres mantenerse alejados de la mostaza, el tabaco, la cerveza y el vino, para no despertar las bajas pasiones.
- Había dos tipos de mujeres: las doncellas, puras y emocionalmente frígidas, y las insaciables; desviadas. Si las mujeres, no permanecían puras, se contaminaban y no había vuelta atrás.
- Los hombres no eran responsables de acostarse con muchas mujeres, eran justificados por ser hipersexuales.
- Sí las parejas no llegaban juntos al clímax, debían considerarse un fracaso.
- Se creía que el sistema nervioso terminaba en el ano, por lo tanto, se podían colocar objetos ahí como los dilatadores rectales para estar sano”. (Viajar en la historia, 2022; Difundir, 2017).
Ejemplo de endogamia en Inglaterra
- Se presentaron relaciones endogámicas entre la realeza británica, pero ni fueron tan marcadas como las de los egipcios, ni los Habsburgo en España. Desde el medioevo era una practica común, con los fines de preservar el poder y establecer alianzas. “El rey Eduardo III, su matrimonio con Felipa de Henao, su prima segunda resultó en un linaje que tenía un impacto significativo en el curso de la historia británica, esta red de linajes reales interconectados, culminó en el reinado de la reina Victoria. La propia reina Victoria, se casó con su primo primero el príncipe: Su Alteza Serenísima el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Saalfeld, duque de Sajonia”. (El diario de Julio César, 2023). Ellos tuvieron nueve hijos y las consecuencias de estas uniones cercanas, les cobró factura con enfermedades para sus hijos como la hemofilia. “La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario en el cual la sangre no se coagula de manera adecuada. Esto puede causar hemorragias tanto espontáneas como después de una operación o de tener una lesión”. (CDC, 2023).
El amor de 1900 a 1950
En el inicio del siglo XX, nace con un enfoque un tanto diferente del anterior, pero arrastrando su pasado. Empezó con una óptica basada en un enfoque teórico. Todos nuestros comportamientos venían básicamente de dos fuerzas. Sigmund Freud, suponía que: “había descubierto fuerzas primitivas sexuales y agresivas escondidas dentro de la mente de todos los seres humanos. Y, de no ser controladas llevarían a los individuos y a las sociedades al caos y a la destrucción …
En su tiempo las ideas de Freud, era odiadas por la sociedad vienesa. Para la poderosa aristocracia de la corte de los Habsburgo las ideas de Freud no solo eran embarazosas, sino que la sola idea de examinar y analizar los sentimientos privados de cada uno era una amenaza para su control absoluto” (DesgarroDependienteX, 2013). No se podía hablar de los sentimientos personales, eso era muy privado, no se podían expresar los sentimientos de felicidad o infelicidad en público, era como desnudarse frente a los otros.
Nace también con la idea del amor romántico, construido a través de normas socioculturales relacionadas con la mujer, la familia, la pareja y los hijos. Los sentimientos y emociones quedan medianamente reprimidos, así como el erotismo, todos ellos fueron el caldo de cultivo para socializar el individualismo del principio del siglo.
El amor romántico y el amor compañía, eran antes que el amor pasional. Y, las relaciones que se establecían mediante el matrimonio, eran para siempre. Se idealizó la maternidad y las mujeres quedaron más en las labores de crianza y quedaron aisladas del mundo exterior.
En las mujeres, las extenuantes labores de los trabajos domésticos las apartaron del sexo y muchos caballeros aprovecharon para buscar fuera de la casa las relaciones sexuales, dando lugar a la casa chica y la casa grande.
Las madres abnegadas en ese entonces, se convirtieron en íconos y estereotipos de las películas de la época de oro del cine nacional mexicano. El amor era más bien una especie de intuición ¡Ojalá y me vaya bien!
En el matrimonio, los hijos y la ley del Estado y de Dios, era la consigna: “hasta que la muerte nos separe”. Eran raras las separaciones y los divorcios. El sexo estaba aceptado en el matrimonio, eran al menos en México, “normales las familias numerosas” de cinco hasta once hijos, en los testimonios se escuchaban “tuvimos los hijos que Dios nos mandó”.
El amor de los 60as a finales del siglo pasado
Tanto hombres como mujeres cambian sus patrones de comportamiento sexual y las relaciones íntimas se desvinculan más de la familia se democratizan las relaciones íntimas, el sexo queda desvinculado de la reproducción y ambos géneros logran una especie de igualdad sexual, sentimental y emocional.
La teoría del intercambio social, en parte puede explicar más esta condición de hombres y mujeres: se buscan más las recompensas y satisfacciones en contrapeso de los costos. Si no se logra ser feliz se busca la felicidad en otro u otros sitios o con otras parejas. Se rompe el status quo de las relaciones monógamas y del matrimonio.
Sin embargo, en una doble interpretación, para algunos la libertad del “amor y paz” representa más obstáculos que beneficios, pues se pensaba que ello obstaculizaba las relaciones íntimas profundas. Volviéndolas frágiles y de corta duración. El amor es una mezcla de atracción mutua, de libertad de elección de pareja, de muestras de afecto íntimas y sociales, sin compromiso al menos en las comunidades de los hippies. Era el amor libre, el amor pasión (las pulsiones erótico sexuales) diferente al amor romántico de los años anteriores.
El amor libre de esta época fue una propuesta anarquista que buscaba liberarse de las regulaciones del Estado, la Iglesia y las normas jurídicas. Se establecían acuerdos en pareja o grupales sin normas oficiales a seguir. Si la pareja o el grupo se sienten bien, todo marcha bien. Fue un modelo que desvinculaba el amor con el matrimonio.
“Posteriormente en 1967 durante los movimientos que reivindicaban derechos cívicos y de igualdad las relaciones abiertas se convirtieron en parte del estilo de vida Hippie. De esta forma podías tener pareja, pero si otra persona te atraía podías relacionarte íntimamente con ella. También se practicaba el sexo grupal”. (Ligueonline, 2024).
Luego entonces, encontrar el amor no era sinónimo de matrimonio. En contraposición al amor libre y al amor romántico, a finales del siglo anterior, hizo su aparición el amor confluente: un amor más equitativo, que rompía los mitos del amor romántico.
El amor en el siglo actual
En la construcción social del amor, el siglo actual es un crisol en donde se une distintas perspectivas. Solo por citar dos de ellas, son el amor líquido de Zigmunt Bauman y el amor confluyente de Anthony Giddens.
Dado que no se trata de hacer una biblia del amor, solo cito la esencia de cada una de ellas.
Para Bauman el amor líquido “se caracteriza por la fragilidad de los vínculos humanos desarrollados en la postmodernidad, si antes las relaciones objetales eran más largas, ahora son desechables. Me relaciono con alguno y lo desecho y me debo relacionar con otro, de otras características. Me posibilitan tener ese otro objeto, luego otro, y otro, vínculo, y esa es una historia de nunca acabar”. (Gaceta UNAM, 2024).
En palabras sencillas la persona de la cual el otro se puede enamorar no es un sujeto, sino un objeto o lo ve como un objeto, el cual utiliza amarras estratégicas para soltarse rápidamente y pasar a otra relación y otra más. No existe un compromiso sólido como a principios del siglo anterior. Y, para muchas personas es conveniente de tal suerte que pueden probar muchas relaciones y quedarse sin ninguna, es otra forma de disfrutar el placer en el individualismo y la falta de compromiso social. El objeto del deseo, son los otros: todas las opciones de la diversidad sexual y de género.
La diversidad sexual y de género: “Hace referencia a todas las posibilidades que tienen las personas de asumir, expresar y vivir su sexualidad, así como de asumir expresiones, preferencias u orientaciones e identidades sexuales. Parte del reconocimiento de que todos los cuerpos, todas las sensaciones y todos los deseos tienen derecho a existir y manifestarse, sin más límites que el respeto a los derechos de las otras personas”. (CONAPRED, 2016, p. 18).
Antes la vida de las personas tenía un rumbo mediado o no por la cultura. En este siglo, Bauman describe la vida, teniendo en cuenta el estilo de vida moderno y contemporáneo; con su concepto de vida líquida y la modernidad líquida, las cuales se viven dentro de la precariedad y la incertidumbre constante.
Es la vida instantánea en todos los sentidos incluido el amor que se confunde con deseo, atracción y placer. Es la gratificación inmediata del hedonismo. Las relaciones son muy cortas en duración muy frágiles en los lazos que las unen, muchas de las cuales, no llegan ni al concepto de obsolescencia programada (es la acción intencional que hacen los fabricantes para que los productos dejen de servir en un tiempo determinado). Luego entonces, el amor es una especie de producto, que se elige muchas veces en una red social; con un me gusta o like. Si no funciona, se borra, se deja, se olvida y se remplaza con otra persona.
Por otro lado, el sociólogo Anthony Giddens, muestra un amor más libre, no arreglado cómo funcionaba en la edad media o incluso todavía en algunos casos de la época victoriana. Una elección en donde ambos miembros muestran sus emociones, sentimientos, ambos disfrutan en el terreno sexual y todo esto es el cimiento de la relación, existe respeto y trato igualitario, ambos deciden sí quieren o no tener hijos, existe un trato igualitario (existe la cooperación entre ambos), no hay tiempos de compromiso preestablecidos, ni contratos de instituciones externas, acuerdan la diversidad en las prácticas sexuales, es dar y recibir en la misma medida y forman parejas: parejas. Nadie debe llegar para cubrir las expectativas del otro y tener la obligación de hacerte feliz. Es una mezcla de amor romántico sano en la expresión de sentimientos y necesidades, con una visión democrática en la convivencia cotidiana, con toques del amor hippie de libertad, pero con el compromiso y el respeto de la libre elección, donde se llegan a acuerdos.
Este amor confluente, rompe con los mitos del amor romántico: el amor es para siempre, el alma gemela, la media naranja, y hasta que la muerte nos separe. En la relación se aprende a creer, a construir y a crecer.
Conclusión
La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener. Gabriel García Márquez
El concepto del amor, tal como lo entendemos ahora, ha venido cambiando a lo largo de la historia y la prehistoria del hombre: se construye y se deconstruye, no es un sentimiento universal, es más bien un constructo social.
No podemos juzgar a las personas que nos antecedieron con nuestros pensamientos actuales, pero sí podemos tomar ese devenir histórico para entender la realidad de del amor hoy en día. Son muchos los elementos que quedan para la reflexión. Todas las líneas expresadas anteriormente son simples guías para seguir entendiendo el comportamiento humano y es una opción para comprender la complejidad del amor y sus antecedentes. La razón es muy simple, hay tantas formas de entender el amor como personas existimos en este planeta.
El hombre de la prehistoria debió sobrevivir a los ataques de depredadores, otros clanes, cambios climáticos y otras adversidades más, para ello tuvo que garantizar la continuidad de la especie, valiéndose del instinto de reproducción, que no era amor. El cerebro primitivo, de nuestros antecesores, estaba preparado para el sexo, la reproducción, la supervivencia, el placer y la diversidad sexual.
Si tomamos como referencia la teoría del cerebro triuno de Roger Sperry y Paul MacLean, formado por tres partes: el complejo reptiliano, el sistema límbico y el neocórtex. A pesar de sus detractores, se sigue tomando como referencia la complejidad en la interconectividad de las diferentes partes que lo componen. El complejo reptiliano: es instinto y supervivencia. El hipotálamo estaría comprendido en este complejo, para los no expertos es una zona que produce hormonas que controlan: “la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca, el hambre, los estados de ánimo, la liberación de hormonas de muchas glándulas (especialmente la hipófisis), la lívido, el sueño y la sed”. (MedlinePlus, 2023). Inicialmente, lo que hoy llamamos amor, tuvo su raíz en la base instintiva, de lo contrario no estaríamos hoy presentes: el amor sentó sus bases en la supervivencia, en el sexo, pero no existen registros de monogamia, poligamia, endogamia o toda la diversidad sexual, muy posiblemente solo su base instintiva, relacionada con el placer y la reproducción.
En la parte instintiva para elegir a una pareja potencial, aún hoy, nos fiamos más de la belleza física que de la personalidad de quien está frente a nosotros. En general, los hombres eligen por la simetría corporal y cuando la mujer lo hace también, es porque suponen buenos genes de la pareja, en caso de tener descendencia. Por otro lado, el buen cazador de la prehistoria y el hombre con recursos económicos de la historia actual, siguen representando la posibilidad de dar: proveer, proteger, ser productivo y como colofón, si es potente en la cama, tiene más probabilidades de ser un buen prospecto.
La política influía en la relación de pareja, no necesariamente eran relaciones amorosas, pero sí incestuosas(relaciones entre parientes cercanos: padre e hija, madre e hijo, entre hermanos), poligámicas (condición en la que el hombre, tiene más de un cónyuge), poliginias (un hombre tiene varias esposas) y endogámicas (matrimonio, unión o reproducción entre personas del mismo grupo social). Con la finalidad de conservar el estatus, mantener puro el linaje de las clases gobernantes y consolidar el ejercicio de poder se practicaron este tipo de relaciones entre familiares.
El objetivo a corto plazo se mantenía, pero a largo plazo el costo de la factura se reflejó en problemas graves de salud y muertes dolorosas (niños nacidos muertos) y muertes infantiles o prematuras de quienes fueron vástagos de dicha práctica, en la paradoja, muchas veces acabando con la descendencia del linaje apreciado. Fue una practica normalizada y común a lo largo de la historia, con ello se protegía: el estatus, el poder y la riqueza de los grupos gobernantes. “La endogamia reduce la diversidad genética, aumentando la posibilidad de heredar rasgos indeseables y amplificando el riesgo de enfermedades hereditarias”. (El diario de Julio César, 2023).
En el recuento del amor, mediado por la biología y la cultura hemos pasado por los instintos, el amor asociado al matrimonio para procrear hijos, al amor para establecer alianzas, para conquistar o estar con el ser amado; el amor cortés, el amor libre de los hippies, el amor romántico, el amor líquido, el amor confluyente y todas las variantes polisémicas del mismo, cada una con sus ventajas y desventajas. El amor como constructo social se sigue nutriendo de sus antecedentes, va cambiando con cada época y sigue en proceso de construcción, pero sirve de antecedente para entender el mundo cambiante que vivimos hoy en día.